La obra de Mario Vélez es el resultado del actual acontecer plástico de su natal Colombia. Su influencia pictórica se generó durante su periodo de formación artística en Alemania en los años ‘90, donde estuvo marcado por el expresionismo alemán. Ahí estudió con el pintor Karl Hörst Hödicke, uno de los padres del neo-expresionismo, quien lo conectó con el arte abstracto de Nueva York. Mario Vélez es sin duda un colorista; sus numerosas obras están atravesadas por la energía del matiz en sus diferentes temples y temperaturas. Mientras unas son pasteles y de colores claros, otras guardan la potencia de la saturación o el contraste.
Su trabajo está influenciado principalmente por tres lenguajes: las formas de las culturas precolombinas, el lenguaje de la abstracción y el color del expresionismo. A pesar de esto, sus piezas distan bastante del carácter tosco que suele asociarse a dichos estilos. La energía propia del expresionismo es reemplazada por trazos sumamente precisos y cuidadosos, que enmarcan y separan cada espacio cromático. El movimiento sugerido es delicado y crea armonía y equilibrio dentro de las composiciones. La mancha jamás aparece, y la pincelada queda remitida al espacio propio de las figuras. Notamos la calidad de las texturas visuales, que son reforzadas por medio de las capas de color.
Información técnica
Medio: Escultura
Técnica: Hierro, Bronce, baño de oro
Medida: 0 x 0 cm
Año: 2015.
Ubicación: Bogotá
Estado: Exposición