El lente gran angular ojo de pez constituye la marca de la fábrica de la obra fotografía de Roberto Lombana. Este formato, que es a la vez técnica, estilo y concepto, ha devenido un protagonista por sí mismo. Se propuesta inmersiva rompe con la ventana de la perspectiva renacentista, sus ejes axiales y puntos de fuga, a la vez que interroga los códigos naturalizados de la mirada.
Ya desde su exposición Arquitectura Imposible (2011), Lombana se plantea la alteración de las coordenadas espaciales como una manera de hacer preguntas a los supuestos cartesianos de la percepción. Portando en la mano la esfera de Escher, nos introduce en espacios deformados, laberintos en línea curva, acudiendo también a la post producción digital. Gracias a estos recursos, la fotografía se libera de la obligación del reflejo pasivo y mimético, logrando crear su propio mundo virtual, donde la certeza de lo conocido se desdibuja en los límites de lo posible.
El recorte y la multiplicación de las imágenes operan en esta serie no sólo como un disparador de la imaginación del espectador. Éste también es invitado a recorrer mentalmente “un espacio real que se transformó y al que le sucede lo mismo que le pasa a los lugares que visitamos y que tiempo después recobramos con los mecanismos de la memoria”, según afirma. Se trata entonces de crear un espacio en el interior de la cabeza mediante otros patrones que inducen un sentido de movimiento. “para que el espectador -dice Lombana- cuando mire un punto fijo de la fotografía, instantáneamente se remita a otro”. Así, el cerebro completa las figuras y continua creando patrones infinitos por fuera del marco de la foto, siguiendo algunos preceptos indudablemente compartidos con el arte cinético y el op art.
Posteriormente, Lombana ha realizado nuevas exploraciones estéticas como Luz En Movimiento (2016), una serie de fotografías tomadas en el Teatro Colon de Bogotá a miembros del London Royal Ballet. En este momento creativo, el más reciente a la fecha, Lombana rompe nuevamente con su propia preceptiva, mediante la técnica de larga exposición, con la cual otorga al cuerpo en movimiento de los bailarines el carácter modelador de figura abstracta, de impresión óptica sobre la superficie fotosensible confiriéndole así la calidad de luz que construye las imágenes sobre el espacio.
Innovación en la técnica, juegos mentales, retos a la mirada naturalizada, provocación a los límites, exploraciones surrealistas, laberintos mentales, todo eso se condensa en esa esfera flexible en la que Lombana nos incita a romper con la tiranía de las cuadrículas y las férreas formas de ver institucionalizadas y aprendidas.
Información técnica
Medio: Fotografía
Técnica: Fotografía sobre lienzo
Medida: 140 cm
Año: 2015.
Ubicación: Bogotá
Estado: Propia