El trabajo de Germán Botero (Fresno, 1946) provoca en sus espectadores la confrontación de conceptos espaciales entre escultura y arquitectura. Además de haber estudiado arquitectura en la Universidad Nacional de Colombia, fue fundador de la carrera de Diseño Industrial de la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín, en 1972. Su educación como arquitecto le otorgó una racionalidad geométrica que le permitió construir un claro concepto en el espacio.
Durante su período de formación presenció tres bienales en Medellín, que le proporcionaron un clima de confrontación artística y reforzaron su sensibilidad. Esta experiencia marcó y definió el tipo de abstracción que desarrollaría más adelante. Su trabajo constituye, para muchos, un punto referencial en el desarrollo de la escultura en Colombia: «al darle importancia a la línea, no al plano; al espacio, no a la forma; al vacío, no al lleno; a la serie, no al hecho único; y a la producción, no a lo artesanal, Botero realizó una ostensible contribución al desarrollo de la escultura en Colombia», afirma el crítico de arte Luis Fernando Valencia.
La persistencia en el oficio que lo embargó como una obsesión, otorgó una nueva dinámica a su trabajo que lo llevó a exponer en lugares icónicos, como el Palacio Imperial de Río de Janeiro, el Centro Ítalo-latinoamericano en Roma, la muestra de 100 años de Arte en Colombia en el Museo de Arte Moderno de Bogotá e, incluso, en la Cámara de Comercio de Medellín en 1976 y 1980. En 1988, fue seleccionado para representar a Colombia junto con el maestro Edgar Negret en el Simposio Internacional de Escultura Parque Olímpico en Seúl, Corea.
Información técnica
Medio: Escultura
Técnica: Cerámica de alta temperatura, color piel, esmaltada, color plomo
Medida: 85 x 40 x 36 cm
Año: 2022.
Ubicación: Bogotá
Estado: Exposición